Aún entre las historias que narran los ancianos, se cuenta que el Apóstol Santiago, tiró una gran peña, desde el Cabezo matando a unos moros que se encontraban cenando en el lugar que hoy se denomina Peña de Santiago.
Siguiendo con las leyendas, hay un dicho que se relaciona a cuando los moros fueron despachados de la zona denominada “Los villares de Muro”: “Villar, Villarejo, cuántas monedas te dejo”.
En 1732 llegó un oficio al pueblo firmado por Ventura de Pinado Director de la renta de tabaco, expresando que se había descubierto una mina de raro mineral en jurisdicción de esta villa y por Real Orden manda que sea clausurada a cal y canto y cubierta después con piedras gruesas para que se pierda la memoria de su existencia.
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